Muchos de nosotros abandonamos el hogar con la absoluta certeza de que vamos a conquistar el mundo. Estamos ávidos de sacudirnos la restricciones impuestas por la familia y las tradiciones, de establecer nuestras propias normas y dejar huella. Sabemos que podemos hacer las cosas mejor y más rápido, y verlo todo.
En algún punto del camino nos percatamos de que no sabíamos tanto como habíamos pensado; de que nuestras ideas no eran tan originales como habíamos supuesto. De pronto, la "anticuada" y sencilla sabiduría que una vez rechazamos adquiere nueva vida. El primer viaje a casa después de ese despertar es una vuelta a la realidad.
Gary Bauer
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